lunes, 7 de marzo de 2011

ESTUDIO BÍBLICO Y ORACIÓN


Desde el 15 de febrero, estamos reuniéndonos para orar (los martes) y realizar estuios bíblicos (jueves). Estuvimos viendo y compartiendo diversos temas. En las reuniones de oración, además de practicar la intercesión también hemos compartido algunos autores cristianos que nos ayudaron a pensar sobre la oración como práctica cotidiana. Muchas veces nos preguntamos si Dios escucha, y descubrimos que la actitud con la que debemos acercarnos "ante el trono de la Gracia" es con la convicción de que Él siempre escucha, la oración sin fe no da frutos. Vimos también que el primer fruto de la oración se da en quien ora: la oración transforma al orante. También practicamos una oración que no sea "todo pedido", que nos permita un tiempo para orar sintiendo la presencia de Dios, alabándole y adorándole por lo que Él es en nuestras vidas. También para pedir perdón y dar gracias.
Los encuentros de Estudios Biblicos también son interesantes: hemos visto, entre otros temas el sermón Nº 49 de Juan Wesley que habla sobre la murmuración, un tema que a veces ha afectado las relaciones interpersonales en la comunidad. La predicación tiene una base bíblica sólida y plena vigencia para nuestros días: "¡Desechad, pues, la murmuración, los chismes, la difamación! ¡Que vuestros labios no se manchen con este pecado! Mirad que no difaméis a ninguno. De los ausentes no habléis nada, sino lo que sea bueno. Si habéis de distinguiros de los demás hombres, sea esta la característica del metodista: No habla mal de su prójimo en su ausencia; por esta señal le conoceréis.¡Qué efecto tan bendito traerían a nuestros corazones...! Nuestra paz correrá co­mo un río si tenemos "paz con todos los hombres." ¡Cómo abundaría en nuestras almas el amor de Dios, al confirmar de este modo nuestro amor a los hermanos! ¡Qué efecto tendría esto en todos los que llevan el nombre del Señor Jesús! ¡Cómo aumentaría el amor fraternal, si se quitase este gran estorbo!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario